domingo, 11 de noviembre de 2012

Pórtico


Declaración de principios

El diez. 10. Ese número, ese dorsal. Ese futbolista. La magia. La batuta. Un pase que atraviesa varias líneas. Un regate impredecible. Aquel momento en el que el reloj se detiene y se fragmenta en un haz de posibilidades. Y él mismo decide. Y lo hace antes que ningún otro. Y la jugada es un lienzo de una obra de arte en movimiento. Y es gol. Y los espectadores, poseídos por lo inefable, gritan, se abrazan, se levantan y aplauden. Sí, ese momento.

Como recogen los manuales futbolísticos, a lo largo de la historia las características del jugador que suele lucir el dorsal número diez han ido evolucionando, integrando cualidades y responsabilidades dentro del terreno de juego. Sin embargo, en todos los papeles dentro de la función, el espíritu del jugador que porta ese número siempre ha tenido algo de artístico, creativo y determinante dentro de un equipo de fútbol. En una obra compuesta por trabajadores que corren, saltan y chocan entre sí, existe un espíritu libre que convierte el esfuerzo y la competición en un espectáculo: un correcalles en orden. El caos en un sistema de juego.

Ese mismo espíritu será el emblema y el patrón de este blog que empieza su andadura. Transmitir y ordenar una parte del deporte de la provincia en un espacio en la red. Ese es el propósito. De hoy en adelante, en los próximos meses, centraremos la atención de este espacio web en los acontecimientos deportivos que tienen lugar en el Camp de Tarragona.

Abordaremos principalmente el fútbol. Y desde diferentes perspectivas: crónicas, reportajes, entrevistas con protagonistas, tanto de los equipos más mediáticos dentro de nuestro encuadre espacial como de los héroes anónimos del fútbol territorial. Bajo el examen del análisis: la mirada fría, el bisturí preparado para diseccionar aquello que ocurre dentro de los límites campo, las costuras de este deporte. Y la voz del periodismo, preparada para intentar explicar, de una manera íntegra, qué sucede en noventa minutos.

Asimismo, también retrataremos la otra dimensión: la que está al otro lado de la línea de cal, en las gradas. Algunas veces, los figurantes que envuelven un partido también piden ser protagonistas de la ópera, y en esas ocasiones, suplen la intriga de algún encuentro soporífero de alguna manera novelesca, o caracterizan un lugar determinado con ánimo de sainete. En esos casos, cambiaremos de orientación los focos: el decorado del deporte, también a escena.

Pero no solo de fútbol trata el asunto. También de otros deportes serán juez y parte de nuestra mirada particular. Diferentes historias que vendrán a sorprender al lector acostumbrado a los ritmos del fútbol, nuestro principal objetivo. Otras melodías que complementarán esta sinfonía personal que pretende sonar afinada y sincera. Honestidad brutal, en palabras de Calamaro. Intentaremos trasladarles el alma del deporte. Las respuestas. El por qué. Las imágenes, las palabras. Los protagonistas. Lo que mueve a los deportistas. Lo que persiguen. Tal vez competir. O ganar. Seguramente trascender. Ser leyenda. La leyenda del 10. 

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