domingo, 18 de noviembre de 2012

Crónica del Vila-seca C.F. 4 - Alcanar C.D. 0


Y Dani cogió su fusil

El Vila-seca C.F. vence al Alcanar C.D. cuatro goles a cero, todos ellos marcados en la segunda parte. Guiados por la fuerza y el ímpetu del centrocampista Daniel Sánchez-Barroso, el conjunto local supera a su rival en la tabla y se coloca segundo, en puesto de promoción, a cuatro puntos del líder, La Cava U.D.


Duelo directo en la parte alta de la tabla. Empezaba a las cuatro de la tarde en el Municipal de Vila-seca un duelo entre dos miembros de la zona noble de la clasificación del grupo VI de la Segona Catalana. El Alcanar, que empezaba la jornada cuarto con 18 puntos, a cinco del líder, La Cava, tan solo aventajaba al primer equipo vilasecano en un punto. Eran sextos, empatados con el Catllar, en el vagón de cola de los aspirantes al ascenso después de los traspiés de las últimas jornadas.

Planteamiento

Y así empezó el encuentro. El equipo local se veía asediado por un Alcanar rápido y con las ideas claras: el fútbol elaborado y combinativo de uno de los equipos con más experiencia de la categoría se imponía en los primeros minutos. El Vila-seca, dormido, mantenía el mismo pulso que en los inicios de las anteriores jornadas: encefalograma plano.

El público se aliaba con su equipo en un ejercicio de lealtad (y de escasa autocrítica) que calentaba el encuentro. Cualquier falta era respondida con una excesiva ráfaga de chillidos poco educados. La tensión propia de un partido importante se confundía con la ira mal canalizada de la afición.

El Alcanar, a lo suyo. Con cuatro atrás, el conjunto del Montsià plantó un centro del campo poblado por cinco jugadores, situados en rombo, facilitando la combinación de sus mejores jugadores, Xavi Molas y Raúl Vates. En punta, el 7, Adrià Valsells. Entre tantas ocasiones, un buen susto: una combinación entre estos atacantes por el lado derecho dio lugar a una diagonal que dejó solo al delantero frente al portero. Buena definición y la pelota entra. En posición dudosa, el gol no subió al marcador por fuera de juego.

El Vila-seca mantenía el esquema de siempre: línea de cuatro, doble pivote y una línea de tres con una mezcla de jugadores rápidos y hábiles. Artistas y estiletes. Comandados en esta ocasión con dos jugadores de toque en la medular, Daniel Sánchez-Barroso y David Voces, la alineación prometía control y ataque. Tanto que hasta el delantero, mentiroso, se mezclaba con ellos en un ejercicio de movilidad y desmarque. En una asociación, la más clara de la primera parte a pesar de la inferioridad: balón a la banda para que el canterano Fran Lozano regateara, centrara, y David Ramírez disparara buscando el palo corto desde dentro del área. El remate lo envió a córner Marc Bertomeu.



La resistencia

Pero no lograban hilar posesiones. Y no lo consiguieron hasta bien mediada la primera parte, cuando, a sabiendas de que la mejor de las suertes era mantener la portería a cero –con un ‘Rodri’ atento y seguro en el balón aéreo—el visitante parecía perder fuelle. Ahí sí que comenzaron a precipitarse las conducciones del 10, David Ramírez; o los desmarques de las alas y la referencia en punta: Fran Lozano, Antonio Ortiz y José Ramón Chillón. A pesar de la ausencia de orden y pausa, el Vila-seca ganaba confianza con la pelota en los últimos compases.

Ya en la segunda, el Alcanar tuvo la más clara en un disparo fortísimo desde media distancia que paró milagrosamente ‘Rodri’ y se estrelló en el larguero. Eran los primeros diez minutos y se apagaban en este inicio, como el cielo, los buenos augurios del final del primer tiempo.



Pero ya no había peligro. Desde esa solidez defensiva, David, ese futbolista especial, el 10, cogió la pelota para poner el suspiro en la boca de cada asistente. En ocasiones se aturulla, abusa de la conducción o se enreda. Pero el fútbol del Vila-seca es el reflejo de su estado de ánimo. Y cuando sonríe, la controla, la cose a la bota, amaga, gambetea, se va de uno, de dos, de tres, fácil, tal vez de cuatro. Y de rabona planta un balón en el punto de penalti. Así lo hizo antes del primer gol vilasecano, y en jugadas aisladas donde evidencia la naturalidad del regate. El fútbol para él es instinto, una disposición innata.

David y Goliat

Y entre tanto atardecer, la luz se hizo. Apareció Dani Sánchez-Barroso para desequilibrar el choque. Goliat. El 6, futbolista muy fuerte, está dotado de un cañón en la izquierda. Y lo sabe. Porque a media distancia no hay balón rechazado que no pruebe: cuando el despeje no supera la frontal, aparece siempre desde la segunda línea para lucir su folha seca. Y de qué manera. No siempre acierta pero atenaza a las defensas. Un arma más a la variedad de registros del fútbol ofensivo vilasecano, a menudo afectado y excesivamente redicho. Rizan el rizo. 

En el 61’, tras una jugada en diagonal y un remate perezoso del joven Fran Lozano, el rechace de un córner colocó la pelota en la media luna, donde apareció él. Como un resorte, se apoderó del frente para disparar casi sin apuntar. Ni falta que hacía. Esa zurda potente espoleó el balón y el portero, aunque adivinó la trayectoria, acabo escupiéndola adentro de la red. Gol. 

A partir de ahí, el guion del partido cambió. El Alcanar estaba obligado a ir hacia delante si quería sacar algo positivo, después de una primera parte en la que fue mejor, así que adelantó la defensa. Pero la zaga local estaba bien aposentada, y rechazaba anticipándose una ocasión tras otra. El Alcanar empujaba, pero no generaba el mismo peligro.

Quizá porque en el fondo temía los reveses del Vila-seca al contragolpe. Obligado a recular, los jugadores de calidad del equipo de casa veían praderas a las espaldas de los defensas cuando recuperaban el balón. Y cuando cuentas con delanteros veloces, que colaboran generosamente con un derroche como el de Fran Lozano o José Ramón Chillón, incisivos, constantes toda la tarde; cada pérdida de balón es una ruleta rusa.



La fiera siempre llega dos veces. En el minuto 72, otro disparo fuerte del potente mediocentro, Sánchez-Barroso, en una posición casi idéntica, no puede detenerlo el guardameta, que despeja hacia Chillón, quien para el balón, recorta, y envía a la red la sentencia. El 6 es un jugador corpulento a la vez que hábil. Así lo demostró en algunos regates que arrancaron aplausos, animados por las acciones determinantes que desequilibraron el partido.

Las ocasiones se fueron sucediendo, a medida que el equipo iba introduciendo jugadores de refresco, muchos de ellos del segundo equipo. Es el caso del titular Fran Lozano; o los relevos Carlos Calero, Edgar Fuentes o Raúl Estébanez, que, vienen de unos partidos a esta parte presentando credenciales para cuando se les requiera. Como en estas últimas jornadas, en las que lesiones y sanciones han abierto una brecha para las jóvenes promesas.

La goleada

Porque en los últimos compases, un centro lejano desde la izquierda lo pincha el debutante Fran, y bate a Marc Bertomeu de primeras (85'). Y para colmo, una jugada llevada por los dos mediocentros, protagonistas en el desequilibrio del partido, Sánchez-Barroso filtra un pase a David Voces que define con calidad, picándola por arriba (89'). Ovación y tarde de gloria en el Municipal de Vila-seca. El Alcanar, engullido.

Y la sensación que cuando cogen la batuta jugadores como los centrocampistas titulares del partido de hoy, el equipo es capaz de desplegar ante cualquiera su fútbol marca de la casa. Sobre todo en casa, donde se está ganando el derecho a soñar.


Luis Alberto Moral Pérez











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