Y Dani cogió su fusil
El Vila-seca C.F. vence al Alcanar C.D. cuatro goles a cero, todos ellos marcados en la segunda parte. Guiados por la fuerza y el ímpetu del centrocampista Daniel Sánchez-Barroso, el conjunto local supera a su rival en la tabla y se coloca segundo, en puesto de promoción, a cuatro puntos del líder, La Cava U.D.
Duelo directo en la parte alta
de la tabla. Empezaba a las cuatro de la tarde en el Municipal de Vila-seca un
duelo entre dos miembros de la zona noble de la clasificación del grupo VI de
la Segona Catalana. El Alcanar, que empezaba la jornada cuarto con 18 puntos, a
cinco del líder, La Cava, tan solo aventajaba al primer equipo vilasecano en un
punto. Eran sextos, empatados con el Catllar, en el vagón de cola de los
aspirantes al ascenso después de los traspiés de las últimas jornadas.
Y así empezó el encuentro. El
equipo local se veía asediado por un Alcanar rápido y con las ideas claras: el
fútbol elaborado y combinativo de uno de los equipos con más experiencia de la
categoría se imponía en los primeros minutos. El Vila-seca, dormido, mantenía
el mismo pulso que en los inicios de las anteriores jornadas: encefalograma
plano.
El público se aliaba con su
equipo en un ejercicio de lealtad (y de escasa autocrítica) que calentaba
el encuentro. Cualquier falta era respondida con una excesiva ráfaga de
chillidos poco educados. La tensión propia de un partido importante se
confundía con la ira mal canalizada de la afición.
El Alcanar, a lo suyo. Con cuatro
atrás, el conjunto del Montsià plantó un centro del campo poblado por cinco
jugadores, situados en rombo, facilitando la combinación de sus mejores
jugadores, Xavi Molas y Raúl Vates. En punta, el 7, Adrià Valsells. Entre
tantas ocasiones, un buen susto: una combinación entre estos atacantes por el
lado derecho dio lugar a una diagonal que dejó solo al delantero frente al
portero. Buena definición y la pelota entra. En posición dudosa, el gol no
subió al marcador por fuera de juego.
El Vila-seca mantenía el
esquema de siempre: línea de cuatro, doble pivote y una línea de tres con una
mezcla de jugadores rápidos y hábiles. Artistas y estiletes. Comandados en esta
ocasión con dos jugadores de toque en la medular, Daniel Sánchez-Barroso y
David Voces, la alineación prometía control y ataque. Tanto que hasta el
delantero, mentiroso, se mezclaba con ellos en un ejercicio de movilidad y
desmarque. En una asociación, la más clara de la primera parte a pesar de la
inferioridad: balón a la banda para que el canterano Fran Lozano regateara,
centrara, y David Ramírez disparara buscando el palo corto desde dentro del
área. El remate lo envió a córner Marc Bertomeu.
La
resistencia
Pero no lograban hilar
posesiones. Y no lo consiguieron hasta bien mediada la primera parte, cuando, a
sabiendas de que la mejor de las suertes era mantener la portería a cero –con
un ‘Rodri’ atento y seguro en el balón aéreo—el visitante parecía perder
fuelle. Ahí sí que comenzaron a precipitarse las conducciones del 10, David
Ramírez; o los desmarques de las alas y la referencia en punta: Fran Lozano,
Antonio Ortiz y José Ramón Chillón. A pesar de la ausencia de orden y pausa, el
Vila-seca ganaba confianza con la pelota en los últimos compases.
Ya en la segunda, el Alcanar
tuvo la más clara en un disparo fortísimo desde media distancia que paró
milagrosamente ‘Rodri’ y se estrelló en el larguero. Eran los primeros diez
minutos y se apagaban en este inicio, como el cielo, los buenos augurios del
final del primer tiempo.
Pero ya no había peligro.
Desde esa solidez defensiva, David, ese futbolista especial, el 10, cogió la
pelota para poner el suspiro en la boca de cada asistente. En ocasiones se
aturulla, abusa de la conducción o se enreda. Pero el fútbol del Vila-seca es
el reflejo de su estado de ánimo. Y cuando sonríe, la controla, la cose a la
bota, amaga, gambetea, se va de uno, de dos, de tres, fácil, tal vez de cuatro.
Y de rabona planta un balón en el punto de penalti. Así lo hizo antes del
primer gol vilasecano, y en jugadas aisladas donde evidencia la naturalidad del
regate. El fútbol para él es instinto, una disposición innata.
David
y Goliat
Y entre tanto atardecer, la luz se hizo. Apareció Dani Sánchez-Barroso
para desequilibrar el choque. Goliat. El 6, futbolista muy fuerte, está dotado
de un cañón en la izquierda. Y lo sabe. Porque a media distancia no hay balón rechazado
que no pruebe: cuando el despeje no supera la frontal, aparece siempre desde la
segunda línea para lucir su folha seca. Y de qué manera. No siempre
acierta pero atenaza a las defensas. Un arma más a la variedad de registros del
fútbol ofensivo vilasecano, a menudo afectado y excesivamente redicho. Rizan el
rizo.
En el 61’, tras una jugada en
diagonal y un remate perezoso del joven Fran Lozano, el rechace de un córner
colocó la pelota en la media luna, donde apareció él. Como un resorte, se
apoderó del frente para disparar casi sin apuntar. Ni falta que hacía. Esa
zurda potente espoleó el balón y el portero, aunque adivinó la trayectoria,
acabo escupiéndola adentro de la red. Gol.
A partir de ahí, el guion del
partido cambió. El Alcanar estaba obligado a ir hacia delante si quería sacar
algo positivo, después de una primera parte en la que fue mejor, así que
adelantó la defensa. Pero la zaga local estaba bien aposentada, y rechazaba anticipándose
una ocasión tras otra. El Alcanar empujaba, pero no generaba el mismo peligro.
Quizá porque en el fondo temía
los reveses del Vila-seca al contragolpe. Obligado a recular, los jugadores de
calidad del equipo de casa veían praderas a las espaldas de los defensas cuando
recuperaban el balón. Y cuando cuentas con delanteros veloces, que colaboran generosamente
con un derroche como el de Fran Lozano o José Ramón Chillón, incisivos,
constantes toda la tarde; cada pérdida de balón es una ruleta rusa.
La fiera siempre llega dos
veces. En el minuto 72, otro disparo fuerte del potente mediocentro, Sánchez-Barroso,
en una posición casi idéntica, no puede detenerlo el guardameta, que despeja
hacia Chillón, quien para el balón, recorta, y envía a la red la sentencia. El
6 es un jugador corpulento a la vez que hábil. Así lo demostró en algunos
regates que arrancaron aplausos, animados por las acciones determinantes que
desequilibraron el partido.
Las ocasiones se fueron
sucediendo, a medida que el equipo iba introduciendo jugadores de refresco,
muchos de ellos del segundo equipo. Es el caso del titular Fran Lozano; o los
relevos Carlos Calero, Edgar Fuentes o Raúl Estébanez, que, vienen de unos
partidos a esta parte presentando credenciales para cuando se les requiera.
Como en estas últimas jornadas, en las que lesiones y sanciones han abierto una
brecha para las jóvenes promesas.
La
goleada
Porque en los últimos
compases, un centro lejano desde la izquierda lo pincha el debutante Fran, y bate
a Marc Bertomeu de primeras (85'). Y para colmo, una jugada llevada por los dos
mediocentros, protagonistas en el desequilibrio del partido, Sánchez-Barroso
filtra un pase a David Voces que define con calidad, picándola por arriba (89'). Ovación
y tarde de gloria en el Municipal de Vila-seca. El Alcanar, engullido.
Y la sensación que cuando cogen
la batuta jugadores como los centrocampistas titulares del partido de hoy, el
equipo es capaz de desplegar ante cualquiera su fútbol marca de la casa. Sobre
todo en casa, donde se está ganando el derecho a soñar.
Luis Alberto Moral Pérez
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