El regreso del cierre
"Muchos jugadores del filial podrían estar jugando perfectamente en el primer equipo"
Entrevistamos a Raúl Estébanez Rodríguez (@Raul12Atleti), defensa central izquierdo del Vila-seca B. Segundo jugador del filial en debutar con el primero equipo esta temporada. Lleva poco más de cien minutos, pero se está gustando. Primera temporada en el club, después de tres años en el fútbol sala, es ya un fijo en el filial. Junto a Carlos Calero y Fran Lozano, son la savia nueva de la cantera del club. 1,81 cm. 74 kg. Diestro. De Vila-seca, palentino de corazón. Del Atlético de Madrid.
Hablamos
con él durante unos días. Le seguimos. Nos cuenta vía ‘whatsapp’ que va a ser
titular. Y, luego, que han empatado un partido que perdían por tres goles en
diez minutos, con él en el campo todo el encuentro. Está que se sale y repite
convocatoria la semana siguiente. Juega solo diez minutos, pero arranca su
primer aplauso de la grada tras una recuperación. Después del partido,
nos citamos con él. Está nervioso. Pero cuando rompe a hablar, lo hace fácil. Maneja
ya algún tópico, pero esconde tras ellos mensajes claros y directos. Así fue la charla:
¿Cuál
es su posición en el campo?
Empecé jugando de central,
luego entré en el mediocampo unas tres temporadas. Estaba un poco ‘gordito’,
así que cuando pegué el estirón, me pusieron de extremo, donde jugué un año. Y
entonces volví al mediocampo como pivote defensivo. De ahí a central, y cuando
me pasé al fútbol sala, durante tres años, jugué de cierre.
¿Cómo
le fue en el fútbol sala?
Pasé de jugar en ‘primera’,
una división de juveniles, a la división de honor de fútbol sala. Fue un salto
bastante grande. Pero como experiencia fue muy bonita, porque puede jugar por
toda Cataluña contra los mejores equipos. Eso no se lo puede permitir
cualquier jugador. De eso se aprende.
¿Por
qué volvió?
Hubo problemas con la
directiva de mi equipo. Y en los otros equipos de fútbol sala en los que me
ofrecían jugar el nivel no era el mismo. El Salou es el mejor equipo de fútbol
sala de la provincia de Tarragona. Me llamaron del Vila-seca y quería venir a
probar. Siempre he tenido el ‘gustillo’ ese de ponerme unas botas de tacos y
volver a jugar.
¿Cómo
ha vivido la vuelta al fútbol once?
Es un cambio muy radical.
Tenía ya las costumbres interiorizadas del fútbol sala. Cuando llegué al primer
entrenamiento, pisaba el balón. Te tienes que acostumbrar a darle con el
interior, a empezar de nuevo…
¿Se
adaptó rápido?
El primer partido fue un
desastre. Era un amistoso, hice una asistencia en desplazamiento largo, pero
tuve bastantes errores defensivos. Se nota: el balón, el marcaje individual, el
posicionamiento, la táctica, etcétera. Estaba un poco perdido al principio. Y
eso que llevaba toda la vida jugando al fútbol, pero esos cuatro años con otra
mentalidad te cambian el chip totalmente. La verdad es que el entrenador del
segundo equipo, Eduardo Franco, me ha ayudado bastante en eso.
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Raúl, tercero desde la izquierda, abajo, en una foto de archivo en las categorías inferiores. |
¿Cómo
ve al equipo?
El objetivo no es ascender porque
solo asciende el primero y el segundo promociona. Viendo la calidad de los
demás equipos, tenemos que estar entre los cinco primeros, con los que van a
estar ahí, seguramente: La Selva y Les Borges del Camp, además de La Canonja. Mejor
quedar por arriba que ascender porque el primer equipo está solo una categoría
por encima de nosotros. Principalmente, nuestro propósito es quedar entre los
seis primeros.
¿Individualmente qué piensa de la plantilla?
Como equipo estamos entre los
tres mejores. Lo que pasa es que hemos venido muchos jugadores nuevos y como
grupo todavía nos falta conocernos. Sin embargo, lo bueno que tiene el grupo es
que los nuevos somos todos de Vila-seca, con tres o cuatro excepciones. El
grupo es del pueblo y eso también engancha a la gente, cuando viene al campo de
fútbol y ve chavales de Vila-seca, y no cuando uno es de Reus, otro de Villalba,
y el tercero de Mataporquera. Por eso tenemos nuestro público.
¿Os
sigue mucha gente?
Sí, viene bastante gente. Que
haya gente del pueblo crea un vínculo entre el público y el equipo. No hay una diferencia abismal entre el
primero y el segundo equipo. Naturalmente va más gente a ver al ‘primera’, pero
tenemos nuestros fijos.
¿Y
qué ambiente se respira en el Municipal?
Es un ambiente amateur. Más
que nada la gente va a pasar el rato con los amigos. Sabes que fútbol
profesional no vas a ver y, hablando en plata, si hay un par de ostias, mejor.
¿Cómo
se ha acoplado al nuevo vestuario?
La integración ha sido perfecta.
Yo he llegado nuevo y desde el primer día he vivido un muy buen ambiente. Es
más familiar, vamos a jugar para divertirnos. Dentro del grupo, hay sub-grupos,
como el de las ‘vacas sagradas’, donde me han incluido a mí, porque ya estoy curtido
en otros ámbitos como en la ‘cervecilla’ después del entreno.
¿Cuál
es vuestra filosofía de
juego?
En nuestra liga ningún equipo
deja jugar. En teoría, nuestro principal objetivo es jugar el balón. Y tenemos gente
capacitada en el medio del campo, con técnica, y una buena salida del balón
desde atrás. Pero la dificultad que tiene esta liga es que es una competición
más de choque y no te permite siempre jugar la pelota. Por eso somos también
bastante directos en el ataque, porque
contamos con extremos rápidos y aprovechamos esa ventaja.
¿Qué
sistema suelen utilizar?
Nuestro esquema es 4-2-3-1,
con variantes en los pivotes, pero siempre jugamos con un único punta, que tampoco es un delantero puro,
sino más bien un mediapunta como un falso nueve.
¿Y
adaptan el juego en función del rival?
La tónica de la liga es
agradar en casa y sacar puntos fuera. Fuera de casa cuesta mucho y cada campo
es particular: Maspujols, por ejemplo, tiene un campo de tierra muy cerrado,
ellos van a su juego, el 'balonazo', y por ahí vino la primera derrota. Por
tanto, la filosofía de juego depende del equipo contrario.
Ajá.
Si tienes delanteros rápidos,
sabes que cualquier despiste te va a costar un gol. En cambio, si son toscos,
sabes que puedes sacar la pelota desde atrás perfectamente. Yo prefiero salir
con el balón jugado. Siempre gusta más ver a un equipo que juegue, y que hace
todo lo posible por eso, que no está el que está dando 'balonazos': si pagas una
entrada es para disfrutar del fútbol.
¿Ya
que es central, cuéntenos un poco como trabaja la salida de balón un equipo que
pretende ‘agradar’?
Depende de los cambios en la
medular. Siempre tienes que ver los jugadores del medio campo y cómo salir
desde atrás. Si el compañero es creativo, soy el primero que se ofrece para
combinar. Siempre te hacen más hincapié en la salida del balón con el portero y
los centrales, laterales abiertos y tocando la pelota. Pero si tenemos un
centro del campo de choque, buscamos más el 'pelotazo'.
¿En
qué aspecto hacen más hincapié?
Me ha impactado mucho la
manera de trabajar el balón parado de nuestro equipo. Yo digo que nos parecemos
a los de primera división porque nos cuelgan en la pared, antes de salir: cómo
ordenarnos en el córner, dependiendo de quien salga; y nos indican la
orientación y hacia donde tenemos que ir, junto al encargado de sacar, las
variantes, pantallas, etcétera. Eso es de los que más practicamos en los
entrenamientos.
¿Y
qué más facetas trabajan?
El tema motivacional también.
Nos dicen cómo juegan los rivales, tienen informes, porque los equipos de
segunda división son equipos que varían poco, siempre mantienen el mismo
bloque…
¿Cómo
van en la liga?
Ahora hemos bajado un par de
posiciones y vamos séptimos, cuando a principios de mes íbamos terceros. En
tres partidos solo hemos conseguido un punto de nueve: dos derrotas y un empate.
¿Y
por qué?
Nos hemos topado con equipos
bastante rocosos defensivamente y con una buena media, como el Falset. Y no es
una excusa, pero los tres pinchazos han sido en parte culpa de los jugadores
que han tenido que subir al primero equipo a causa de las bajas de ellos. Esos
jugadores son importantes en nuestro sistema.
¿Cómo
quién?
Nos ha faltado un hombre muy
importante en el medio campo, de corte defensivo, y a la hora de sacar el
balón, como es Carlos Calero. Tiene mucha capacidad de recuperación física y
nos ayuda a sacar la pelota incrustándose entre los centrales. También hemos
notado la falta de Fran Lozano, un jugador ágil, versátil y veloz, que ha
aportado muchos goles al equipo. Era el máximo goleador. Todo eso influye.
También
le han subido a usted.
A mí me han convocado en tres
partidos. En el primero estuve en el banquillo pero no disfruté de ningún minuto. En el segundo fui titular y jugué los noventa minutos contra el Roquetenc. Por último, disputé diez minutos en la victoria por cuatro a cero al Alcanar en casa.
¿Y
qué tal se encontró?
Bien. El entrenador me está
dando confianza y siempre es bueno saber que cuenta contigo y que estás ahí
para cuando lo necesite, sabiendo que soy jugador del segundo equipo. Creía que
me iba a encontrar un poco más nervioso, pero la verdad es que tener al lado a
una pareja de central sólida y contundente como es Cristian Fuentes, te aporta
confianza.
¿Quedó
contento con el rendimiento del debut?
Sí. En el primer partido que
jugué como titular íbamos perdiendo tres a cero en el 82’, cuando marcamos el primer
gol. El entrenador me adelantó la posición a medio defensivo, jugando con una
línea de tres por detrás, con Cristian como líbero. Esa contundencia en el
centro del campo contribuyó a que al final consiguiéramos empatar a tres. Me
sentí bien en los dos puestos.
¿Qué
le dijo el entrenador?
Me motivó y me dejó claro
algunos conceptos clave durante el trayecto de Vila-seca al estadio del
Roquetenc. Me dijo que fuera contundente por arriba, me apuntó los puntos
fuertes de los delanteros del rival: eran dos delanteros rápidos y técnicos con
experiencia en la categoría. Tenía que parar a uno de ellos, que estuviera
tranquilo y que lo hiciera como sabía. Eso me relajó.
¿Volverá
al primer equipo?
Sí, creo que habrá
posibilidades de acudir al primer equipo, pero soy jugador del filial. Poco a
poco, porque en ese aspecto hay que ir despacio: te tienen que dar minutos y
confianza. Juegas aunque sea un minuto y vas pillando el rol y la experiencia.
En eso, el Vila-seca sí lo ha hecho con nosotros.
¿Cómo
valora la oportunidad?
Es un premio al esfuerzo hecho
en pretemporada. En ese sentido, sí que vi ese trabajo recompensado. Además,
tienes tu satisfacción personal y puedes entrar en la dinámica del primer
equipo.
¿Cree
que el Vila-seca es un club que ha contado con la cantera?
En este caso, yo lo considero
más una urgencia. La defensa del primer equipo tenía tres bajas: una por una
lesión y dos sancionados, por lo tanto no había otra, era sí o sí. Hemos subido
por las bajas, pero el primer equipo no suele subir a los que están en el
filial cuando algún jugador se va, sino que traen a otro jugador de fuera. El
club ha apostado poco por la cantera.
¿Cree
que está justificado que se haya mirado antes fuera que dentro para reforzar al
equipo?
Aunque el cambio entre las dos
divisiones es bastante fuerte, a nivel individual, muchos jugadores de nuestro
equipo podrían estar jugando perfectamente en el primer equipo.
¿Cómo
ve al primer equipo en la categoría?
Las aspiraciones, en un
principio, eran un poco como las nuestras: quedar entre los cinco primeros.
Pero al ver que en los primeros cinco partidos empezaron ganándolo todo, con el
equipo líder, se veía un conjunto sólido capaz de luchar el ascenso con
solvencia.
¿Cambiando
de tema, díganos quién es su referente futbolístico.
Siempre me ha gustado Fernando
Torres porque es colchonero, pero la trayectoria de Xavi Hernández me encanta.
De mi posición, Puyol. En ese sentido, estoy ahora más pendiente de los
movimientos y el posicionamiento del jugador en el campo, para poder hablarlo
en los entrenos con los compañeros con el objetivo de ponerlo en práctica.
¿Y
en su entorno más cercano, en quién se mira?
A nivel local, siempre te fijas
en la pareja de los centrales. En este caso, especialmente en Amador y Javi.
Dicen
que le gusta inventar y poner motes. ¿Pero tiene algún apodo en el campo?
En fútbol sala me llamaban Ufjalusi. Por aquella entrada a Messi, en la que le sacaron roja. La verdad es que me habrán expulsado unas
quince veces a lo largo de mi carrera. En el Salou hasta el presidente vino a
decirme que no había visto un jugador más tarjetero que yo porque en toda una
primera vuelta, solo en un partido no me sacaron amarilla.
¿Y
a qué cree que se debe?
Quizá sea porque el fútbol
sala no es tan de contacto. Yo, al venir del fútbol, veía más normal algunos
choques. Entendiendo al árbitro, en un partido que era tranquilo, iba yo fuerte
al choque y me sacaba la amarilla. Yo le decía: “pero si he ido al balón”; y él me contestaba: “¿pero tú has visto cómo has
entrado, chaval?”
¿Y
cree que se corresponde con la realidad?
Algunas veces soy flojo, y
otras veces demasiado fuerte. Creo que tendría que mejorar eso. O soy demasiado
agresivo o peco de blando.
No
todo serán defectos. ¿Qué virtudes tiene?
Voy bien por arriba, rápido al
cruce, buena salida de balón y también desplazamiento largo.
Seguro
que tiene alguna anécdota divertida al respecto…
Mi expulsión más rápida fue en
el campo de Lleida, en fútbol sala. Cada parte dura veinte minutos a tiempo
parado. Cuando me echaron, miré el reloj y vi que quedaban diecinueve minutos y
cinco segundos. Duré cincuenta y cinco segundos. Y no me expulsaron por roja
directa, sino por doble amarilla…
¿Cómo
se ve en unos años en el fútbol?
Me veo jugando con los
veteranos a los cincuenta años, sobre todo si hay este buen rollo de pachanga y
fútbol con amigos. Me encantaría.
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Foto de equipo del Vila-seca C.F. B, temporada 2012 - 2013 (cedida)
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Luis Alberto Moral Pérez (@luisalberto_m)