sábado, 15 de diciembre de 2012

DOSSIER. Bart Iaccarino, entrenador y director deportivo de los Imperials de Reus


"Soy un jugador profesional en un equipo amateur"

Charlas de football. Segunda parte.

Bart Iaccarino. Italiano. 29 años. Recién llegado a los Imperials, ha regresado a la entidad con un nuevo proyecto bajo el brazo: en solo cuatro años quiere profesionalizar el equipo, cambiar el chip de los jugadores y preparar al club para jugar en primera división nacional. Como no es necesario el ascenso deportivo para subir de categoría, busca nuevos patrocinios e implantar una escuela de football en la comarca. Hablamos con él después de las primeras dos jornadas. Se le ve contento e ilusionado. Repite la palabra 'trabajo' y 'mentalidad' en casi todas sus respuestas, guiadas por anglicismos que explican la poca implantación de este deporte en la tradición deportiva nacional. Es un hombre de football. Lo verán, así fue la conversación:


Creo recordar que usted ya pasó por los Imperials anteriormente, aunque no como entrenador...

Sí, como jugador fiché en la temporada 2005-2006. Jugaba en la línea de defensa. Me situaba delante de la línea de offense, y tenía que placar al running back cuando llegaba o ponerle presión al quarterback. Estuve aquí dos temporadas, aunque después ya me ficharon en Italia y me fui. Fue una gran experiencia en la que conocí a mucha gente, y ha sido precisamente esa misma gente la que ha hecho que yo volviera esta temporada. Fue un año especial porque ganamos la liga catalana en el 2006. Reconstruimos el equipo, porque cuando yo llegué con otros dos fichajes italianos, había poca gente entrenando y en dos años logramos ganar otra vez la liga, que llevaban sin ganarla siete u ocho temporadas. Y, desde ahí, la van ganando casi cada año: es el equipo que tiene más títulos tiene en Cataluña.

¿Cómo continuó su carrera deportiva?

He estado jugando en Italia, en los Lazio Marines. El año pasado me ficharon en Alemania y me fui a jugar la ‘Champions’ allí. Como Imperials me llamó, tuve que dejar el equipo a media temporada para venir aquí y preparar el programa de la temporada, porque aquí llegué como entrenador principal y director deportivo de un nuevo proyecto.

¿Usted ya está retirado?

Sí, más o menos sí. Estaba pensando en ir a jugar a Barcelona con Pioners, pero como llevo todo el equipo en Reus, me costaría mucho ir a entrenar a Barcelona. Estamos en más que no que sí, aunque todavía no está decidido. Pero yo todavía vivo del fútbol americano. No cobro lo que cobraba en Italia o Alemania, pero confío en mi proyecto y creo que de aquí  a unos años llegaré a cobrar lo que cobraba antes de venir aquí. Se puede decir que soy un jugador profesional dentro de un club amateur.

¿Qué tal es el nivel de fútbol americano fuera de España?

En Alemania hay mucho más nivel, de hecho es el nivel más alto de toda Europa. El fútbol americano en Alemania es el tercer deporte nacional, tiene una afición de 10.000 o 12.000 espectadores de media por partido, y el equipo en el que jugué es uno de los mejores en toda Europa, entre los cinco primeros. El nivel es mucho más alto.

¿Y el nivel europeo comparado con el de la National League Football, la liga profesional de Estados Unidos?

La NFL es algo bestia, el top del top, lo mejor que hay. Se acerca mucho más que el resto de Europa a la NFL. Pero eso que lo tienen mucho más fácil: la mayoría tienen un campo de propiedad, y eso te lo pone mucho más fácil. Y cada equipo tiene un gimnasio del equipo y no tienen que pagarlo ellos. Además, la mentalidad, se lo toman mucho más en serio: aquí es muy muy amateur. Este es uno de los aspectos por los que la selección española, por ejemplo, no ha ganado nunca un partido oficial.

Es muy sorprendente.

Yo me acuerdo cuando jugué el europeo con la selección italiana en el año 2009, nosotros salíamos a dar un paseo alguna vez y ellos estaban cada día de fiesta. Eso es una locura porque tienes que cuidar tu cuerpo y descansar antes de un partido importante. Yo pienso que es todo la mentalidad de los jugadores, que se lo toman mucho más en serio. Aquí es una afición, es algo más, mucha gente no entrena lo que debería, si viene entrenan solo en el campo y no van al gimnasio: allí es un trabajo sin cobrar. Yo intentaré lograr que la mentalidad aquí cambie, es mi objetivo, y tengo que decir que está saliendo muy bien, estamos muy contentos porque la mentalidad está empezando a cambiar.

¿Encontró el mismo equipo en su regreso a los Imperials?

El equipo estaba muy cambiado: casi no quedaba nadie de los que habían jugado conmigo, y estaba formado básicamente por novatos. Pero hay mucho material con el que trabajar y mucha gente de calidad. Pero falta trabajar más, mucho más.

¿Qué objetivos propone?

Mi objetivo es llegar con los Imperials a la primera división nacional y en cuatro o cinco años disputar lo que llamamos la ‘UEFA’ en Europa. Hay dos ligas nacionales –la élite, con solo seis equipos— y la liga nacional 2, una especie de segunda división. Después la liga catalana o de cada comunidad. Este año estamos en esa tercera, pero el año que viene ya queremos ir a la segunda división. Este año no hemos subido por falta de mentalidad. La liga funciona por inscripción. Es muy barata, pero hay que desplazarse: tienes que ir a Murcia, a Sevilla, a Madrid y eso cuesta mucho dinero. Es el gran problema por el que estamos todavía jugando en la liga catalana.

¿Cómo va a hacerlo?

Quiero llevar a cabo mi proyecto de cuatro años, si va bien, aunque realmente mi objetivo es llegar a entrenar en EEUU. De hecho, he tenido también ofertas de Estados Unidos para ir a entrenar allí este año, pero las he rechazado porque ya había dado la palabra al equipo de aquí y no me gusta quedar mal con la gente. La inscripción de la elite es muy barata, pero hay que desplazarse: tienes que ir a Murcia, a Sevilla, a Madrid y eso cuesta mucho dinero.

Tiene que ser una estructura piramidal en la que arriba está lo mejor del club y abajo los júniors. Mi objetivo es formar dos equipos principales: uno en la liga catalana, como un filial, con gente de no tan alto nivel; y otro equipo que juegue en la liga nacional. Esperamos lograr subir el año que viene. Si lo queremos verdaderamente hay que entrenar más. Pero estoy contento con el pequeño cambio de mentalidad: ya me han dicho que este seguimiento de entrenamientos respecto al año pasado. La junta directiva está muy contenta este año con ese cambio de chip. Estamos todos muy contentos.

Entiendo que la idea no es tanto ganar títulos con el primer equipo como dotar al equipo de unas estructuras de club.

Sí, estamos intentando montar un proyecto sólido por si no viene ningún patrocinador y con las fichas y las matrículas de los jugadores poder ser autónomos y así no tener que bajar otra vez de categoría porque no hay dinero. Por eso, el objetivo es montar cuatro o cinco equipos aquí en la comarca: uno en Valls, otro en Reus, otro en Cambrils y en Salou. De esta manera, si tenemos cuarenta o cincuenta chavales en cada equipo, es dinero para el club y una manera de jugar a coste cero –cada vez que queremos jugar tenemos que ir, como mínimo, hasta Vilafranca—. Y todo el dinero que gastamos en desplazamientos lo podríamos utilizar en hacer más publicidad para que venga más gente a conocer qué es el futbol americano.

Creo que ya cuenta, además, con otras modalidades de aproximación al fútbol americano como el flag dentro del club.

Sí, el flag es una versión sin contacto donde el placaje está substituido por la persecución de unas banderillas que llevan los jugadores. El juego es el mismo, cambian muy pocas reglas, con el mismo concepto de fútbol americano. Además, nosotros utilizamos el mismo sistema de juego en todas las categorías, así los júniors aprenden jugadas que nosotros hacemos en el primer equipo. Estamos creando una filosofía para cuando ellos suban, estén mucho más cómodos con el sistema de juego. Esta temporada estamos en la final de la liga catalana sub-13 y en la final six de Open.

Claro, es el tradicional valor de la cantera como la base de un club.

Sí, es lo mejor porque si trabajamos bien en este programa, un chaval que empieza a jugar a los nueve años cuando llegará a 18 o 19 para el equipo sénior, tendrá ya una experiencia de nueve años y ya podrá aportar toda su experiencia al sénior. El flag es la base más importante del equipo. Y también, ahora, la mayoría de los júnior entrenan en gimnasios, siguen un programa de trabajo físico, no faltan a los entrenos y esperamos que cuando lleguen a ser séniors sean el zócalo duro que el equipo que van a ser en el futuro.

¿Y la afición, acude más al campo esta temporada?

Bueno, unas cien personas, que está bien. A pesar del viento que hizo el primer partido de liga y el hecho de que jugara Reus Deportiu, estamos contentos. Lo digo porque he visto fotos del año pasado y solía haber más gente. Además, este año creamos eventos en Facebook y nos dejamos ver en los diarios de aquí. Miriam Calderé, jefa del gabinete de prensa, se lo está trabajando muchísimo. Hemos conseguido hacer una revista para los partidos, cada semana salimos en el Diari de Tarragona, en el Més, en casi todos los periódicos de la zona. Y eso nos hace publicidad y que la gente nos conozca un poco más. Para que no pregunten: “¿Fútbol americano? ¿Aquello del bate? No, no es el bate, es con un casco y una coraza” (teatraliza), pero todavía estamos en ese nivel.

 En cuanto a la revista, ¿esa costumbre la ha importado de Alemania?

Sí, en Alemania teníamos revista cada partido. Pienso que es más fácil encontrar patrocinadores para la revista que no buscarlos para el equipo, y con esto ya se financia sola. Es un producto que ofrecemos de más al aficionado, gratuito, para que la gente vaya conociendo y actualizando lo que pasa durante el mes, que es cada vez que jugamos en casa. Pienso que es una muy buena iniciativa para empezar.

¿Antes ha hablado del elevado coste económico de las ligas nacionales: cómo buscan esa financiación fuera del club?

Todavía no tenemos ningún patrocinador, ahora mismo el equipo se basa en el pago de cada uno por jugar. Ahora mismo en España el periodo no es uno de los mejores y eso no nos ayuda. También es un deporte minoritario y no tiene mucha afición, pero es lo que hay. Cada uno se paga lo suyo y cada jugador paga una cuota mensual y con ese dinero salimos adelante.

Sin embargo, cada año en agosto hacemos un business plan y miramos las cuentas y lo que hay que hacer y lo dividimos entre la gente que viene a jugar. Y así funcionamos desde hace veinte años. También hemos preparado un plan de patrocinios, pero la gente no está muy interesada, porque en un deporte que aquí nadie conoce: si vas a hablar con los comerciantes, todavía te preguntan por los Dragons, que hace ya 12 años que desaparecieron.

¿Cómo funcionan los fichajes en un equipo amateur?

Yo intento traerlos siempre desde EEUU, porque aunque sea el más bajo es más alto que el de aquí. Se les paga piso, comida, gimnasio y algunos bonus por partido. Eso es lo que podemos pagar nosotros. En otros equipos de Alemania, hay más dinero y es un sueldo verdadero: tienes muchas más facilidades fuera del campo: gimnasio, coche, etcétera. Nosotros sabemos lo que somos, no queremos hacer un paso más largo que la pierna, y los fichajes que haremos el año que viene serán siempre americanos pero de un nivel más bajo de los que pueden comprar en Italia…

¿Qué ganan los jugadores americanos al venir a una liga mucho menos competitiva que la americana a cambio de poco dinero?

Una experiencia inolvidable. Vienen aquí, a un país como España, que les mola, cinco o seis meses a jugar a tu deporte, a vivir todo pagado, y muchos de ellos les encanta (venir a Europa), están encantados de venir aquí. Y como nosotros, todos los equipos del este de Europa están en la misma situación que nosotros. Piensa que allí en la universidad es casi obligatorio jugar y hay miles y miles de college y solo un 0,003 llega a la NFL. Piensa cuántos jugadores hay que acaban su carrera y no tienen dónde jugar. La mayoría de ellos para seguir jugando un par de años, y para viajar y vivir experiencias, vienen a Europa. Los más buenos vienen a hacer un trabajo, como en Alemania que cobran unos 4000 o 5000 euros. Son gente que les das la pelota y te arregla un partido.


Entrando ya estrictamente en la dimensión deportiva: ¿cómo ve a la plantilla?

Tenemos la plantilla muy corta, solo 24 jugadores y para subir el año que viene necesitaríamos 30 o 25 personas para jugar una liga bien. Ya jugamos a once y hay que doblar por si se hace daño uno. Un buen número sería entre 30 y 35. Ya subirán cinco júniors.

Háblenos de los nombres propios de la plantilla, por favor.

Tenemos grandes jugadores como Juan FrancescSiscu’ Domínguez número 21. Es un jugador internacional por la selección española, con mucha experiencia, ya que estuvimos jugando juntos dos temporadas en Italia, y físicamente lo da todo en el campo. Podría trabajar mucho más para ser el mejor, pero para él que ha jugado en un nivel tan alto en Italia, lo veo un poquito desmotivado en esta categoría porque esta liga está muy por debajo de sus posibilidades. Esperemos que el año que viene jugando a un ritmo más alto, Siscu dé todo lo que tiene que dar. Y seguro que será el diamante de este equipo el año que viene.

También destacaría a Adrià Solis, running back u Óscar Rodríguez, el quarterback; y en defensa Jordi Pruñonosa o Juan Clavijo. Están saliendo todos muy bien y se destacan de los demás por su nivel. El año que viene hay que ver cómo responderán a un nivel mucho más alto.

Y qué hay del rendimiento del quarterback, quizá el jugador más determinante en un equipo de futbol americano, pues de él depende el sistema de juego.

El QB bien, está viejo (se sonríe), pero bien. Es una persona que da mucha confianza en el campo al equipo, lo mantiene muy bien posicionado. La verdad es que no me meto mucho en el tema de offense, dejo todo el trabajo a Jordi Gras, mi asistente. Yo me ocupo principalmente de la defense y los equipos especiales. No me gusta meterme en la offense porque me gusta lo que hacen y si no se lo digo a Jordi.

Supongo que debe ser muy complicado sacar a un quarterback de la cantera.

Crear un quarterback es muy difícil y lleva mucho tiempo formarlo. Yo he tenido la suerte de estar en muchos campus con entrenadores de NFL para crear quarterbacks y tengo todo un curso preparado: estamos haciendo un muy buen trabajo con un chaval de Tarragona, del que esperamos mucho. Es la única persona en el campo que tiene que sabérselo todo, que tiene que tener sangre fría, que tiene que tener una visión de juego muy amplia y tiene que cargarse el equipo en la espalda en los momentos decisivos.

¿Qué defectos le ve al equipo?

Le falta experiencia porque ha habido un cambio generacional: todos los veteranos han dejado el equipo y me encuentro con gente que lleva jugando uno o dos años. Pienso que lo que falta verdaderamente en Imperials es un líder, alguien que se cargue el equipo a la espalda cuando hay que hacerlo. Cuando es el momento de hacer una big play, diga ‘aquí estoy’.

¿Ese papel no lo desempeñan jugadores decisivos como Óscar o Siscu?

No como quería yo. Un líder es también una persona que sabe aguantar la presión. ‘Siscu’ es un gran atleta, pero todavía le falta aguantar la presión bien. Y Óscar también: es normal que cuando llevas tiempo jugando, si recibes muchos golpes porque no te protegen bien, no consigues aguantar la presión. Yo pienso que antes o después alguno de ellos dará un paso adelante.

En el tema estrictamente deportivo, los equipos profesionales son característicos por el alto número de jugadas que manejan: ¿de cuántas su playbook?

Aquí tenemos unas 70 o 80 jugadas en ataque y unas 10 o 15 en defensa. Son muchas y piensa que todavía no todos se las saben, salvo el QB. Si no se las sabe él ya estamos muy jodidos (ríe).

Explíquenos brevemente cómo es la filosofía de juego de los Imperials, la matriz que utilizan todos los equipos del club, como antes comentaba.

Somos un equipo con un juego muy abierto y basado mucho en los pases. La misma filosofía la utilizamos para sacar el QB, la persona más importante de la ofensiva. Con la misma filosofía, de abajo a arriba, queremos formar un buen QB para tener un recambio de Óscar, porque aunque sea bueno antes o después tendrá que acabar. La lleva Jordi muy bien.

Para la defensa tenemos la misma filosofía: una defensa que blitza mucho, mucha presión en la offense, y jugamos pocos tipos diferentes de coberturas: las complicadas aún no las podemos jugar.

En el arranque liguero no consiguió anotar en el primer partido contra el enemigo íntimo de la liga catalana al que ganaron el año pasado en la final.

El primer partido ha ido muy mal, los chavales entraron en el campo muy confiados del hecho que habían ganado la final en casa en marzo y estaban muy confiados. De hecho, Bocs de Argentona nos metió los veinte puntos en los primeros cinco minutos de juego porque todavía estábamos en los vestuarios. Cuando despertaron, el partido fue muy igualado y duro, con muchos golpes, pero ya era tarde. Ahora nos preparamos para cuando volvamos a encontrarnos.


El segundo entramos en el partido desde el primer segundo y dejamos claro qué iba a pasar. Pegamos muy duro en la defense y provocamos un montón de turnovers: cinco o seis –cuando la offense ataca, tú le quitas la pelota de cualquier forma, interceptándola—, y la offense ha hecho su trabajo. Veremos el próximo partido este sábado, contra Reds de Terrassa, uno de los cuatro equipos más fuertes de la liga junto con Bocs, Urolokis y nosotros: y si ganamos contra ellos pienso que tenemos la oportunidad de acabar como segundos y jugar en casa la semifinal.

¿En qué se asemeja el fútbol americano que se practica aquí al profesional?

Todo cambia. Allí preparan el partido durante toda la semana, trabajan cada día entre 4 y 5 horas; aquí trabajamos cuatro horas a la semana. El juego es quince veces más rápido aquí. Es mucho más rápido, mucho más físico, también porque el físico de los americanos es diferente al nuestro. Yo creo que uno se da cuenta solo cuando está en el campo y lo ve. Yo estuve allí y te digo que la velocidad de juego es impresionante. Y ves un partido NFL en el campo, vienes aquí y lo ves como si fuera a cámara lenta. Es una barbaridad.

También estuve jugando allí en el 2002 y la gente de 2,15 por 160 kg y corrían tres veces más rápido que tú. Es otro mundo. Jugué en Tampa Bay, Florida, en un equipo semi-profesional. Solo probé un mes allí, me lesioné y me echaron para casa. Es normal, allí eres uno más: te haces daño, otro.


¿En qué se fija el Bart Iaccarino entrenador, y con qué disfruta el Bart espectador o el Iaccarino jugador?

Cada uno mira la posición que entiende. Yo me fijo en mi competencia, que es la línea; otro mira el running back¸ otro mira la offense. Tú ves a uno que lleva la pelota, pero hay ocho que trabajan por él. Yo disfruto cuando veo un equipo duro que pega mucho.

Lo que disfrutaba yo era golpearme, es fútbol americano por eso, porque llevamos casco y coraza y nos pegamos mucho, en el sentido deportivo siempre. Es un deporte de colisión, no solo de contacto, eso ya lo encuentras en el básquet o en el fútbol normal. Es pura colisión: son dos cuerpos en velocidad que llegan al contacto, como coches de choque. A mí me gusta mucho el contacto. Cuando yo jugaba me gustaba pegar, en ese sentido deportivo, y me gusta cuando mi defense llega al contacto con mucha fuerza, intensidad, y determinación para cambiar el partido. A veces un golpe bien dado, hace saltar la pelota y tus compañeros la pueden recuperar. Es todo mentalidad, si estás en el partido al 100%, antes o después puede haber un cambio.

¿Qué opina de esta temporada en la NFL? ¿De qué equipo es hincha?

Buccaners, porque como estuve en Tampa, me enamoré de ellos. Este año no tienen oportunidad de ganar; pienso que los equipos favoritos esta temporada para la Super Bowl son Falcons, Patriots y a lo mejor los Redskins. Han hecho un fichaje muy bueno, Robert Griffin III, y este es un chaval que te hace disfrutar del fútbol americano.

¿Por qué cree que en España no está tan implantado como en otros países europeos?

Falta de mentalidad, por el hecho de que se piensan que es un deporte violento. La mentalidad en Estados Unidos con el fútbol americano es mucho más abierta, como en Alemania, y la gente viene a verte y después del partido te quedas con los aficionados, comes y bebes algo con ellos. Son americanos y lo montan todo a lo grande. Eso aquí no pasa.

Por ejemplo, en Alemania nos quedábamos allí hablando del partido porque se monta cada partido como si fuera un evento: la gente disfruta, hay cheerladers, actuaciones musicales…. Después del partido, todas las familias de los jugadores preparan una mesa enorme para comer con la gente del otro equipo. Aquí te das la vuelta a la grada y está tu abuela, tu novia y poca gente más.

Por otro lado, en América cada estadio es como si fuera un pequeño centro comercial con el campo de fútbol americano, y la gente está allí pasando la tarde, haciendo tiempo, comprando. Fuera del campo, en todo el aparcamiento, hay gente que se lleva la barbacoa de casa, la pone en del 4x4 y está allí haciéndose carne e invitando a la gente a comer. Y esto pasa en los séniors y en todas las demás categorías del fútbol americano. Es otra mentalidad.

¿Y no trasladaría esta experiencia a Reus?

A mí me gustaba hacer este año un tercer tiempo, quedarnos en el campo, hacer una barbacoa, hablar del partido entre nosotros, pero claro, como el campo no es nuestro, hay que pagar más. No te lo ponen fácil para que puedas trabajar de esta forma.

En cuanto al juego, quizá el espectador europeo esté más acostumbrado a otra duración en los eventos deportivos, y a otro ritmo…

Es verdad lo que dice la gente, es un deporte de ritmo lento porque pasan veinte segundos de una jugada a otra. Pero cuando empieza la jugada, hay jugadores que en cinco segundos hacen cien yardas. Es lento pero también muy rápido, intenso en espacios cortos. Cada partido dura dos horas y media o tres horas. Es normal, es una hora de juego efectiva y si la pelota sale del campo, o cae al suelo, o hay una falta, se para el tiempo. 


Luis Alberto Moral Pérez (@luisalberto_m)

Fotografías cedidas por Bart Iaccarino


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